martes, 3 de julio de 2012

Estático.


La ventana está abierta y la cortina sigue quieta. La cortina, ligera como una pluma, está quieta. Lo observa con la cabeza apoyada en la almohada llena de rimmel y sudor. Con los pies tira la sábana al suelo y la cortina sigue quieta. La luz apagada, la puerta abierta y la cortina, quieta. Lo más leve, lo más ligero, lo más ingrávido, sigue quieto. Al parpadear una pestaña se desprende y vuelva por la habitación, pero la cortina sigue quieta. ¿Cómo va a moverse nada si ni siquiera algo tan ligero se mueve?


julia

1 comentario:

Elly dijo...

Sólo hace falta soplar en dirección a la cortina.

Un saludo ;)