miércoles, 19 de octubre de 2011

Vejez.

El hombre con zapatos de piel, que rondará los 70, bien vestido. Con el gorro negro que lleva bordado una hoja de marihuana tricolor, mas rasta que republicana. Que rehusa la prioridad de los asientos azules del bus urbano.
El señor que pasaba horas sentado en el estanco, con la camiseta de nike y las adidas con doble nudo que sus hijos le habrían comprado, el pantalón de chandal alto, pero que apenas puede caminar. Observando durante horas, con cara de quien no lleva el luto solo por dentro, como la gente entra y sale, a una velocidad trepidante, del comercio, el mundo, la vida.
La anciana que acaricia un gato que descansa sobre su regazo en el anuncio del reportaje de la sexta, tratándolo con igual mimo que al nieto que apenas la visita.
El estudiante nonagenario de mi carrera, quien, bastón en mano, recorre de lunes a miércoles el camino hasta el aula 502 de interfacultades, con la tranquilidad del que sabe que le sobra el tiempo, pero siempre puntual.
La señora Julia, que vivía en el piso de arriba cuando yo era pequeña, asidua del ascensor y del saludo cariñoso.
Aquel, o aquella, que dormía anoche en el cajero, dejando entrever apenas una frente arrugada entre su gorro y la manta.
Tomás, que esperaba en el centro de historia a que las chicas de la residencia lo recogiesen otra vez. Él, que preocupado, hacía de tripas corazón y se levantaba, asomándose a la puerta, por si le habían olvidado. Quien no concibió aguardar cinco minutos más sentado con dos desconocidas de un pueblo cercano al que era suyo hace ya más de 90 años.
Aquel abuelo, enfermo, ajado, en el que reconocer rasgos del tuyo y lamentarte por el paso del tiempo, por tener que rebuscar en tu memoria con tanta fuerza para recordar su tacto y, aun así, encontrar tan solo un ápice de lo que esperabas.

Inocencia, consuelo, soledad.

jul.

martes, 18 de octubre de 2011

Películas que ver antes de morir.

Hace tiempo le dije a una amiga que yo podía vivir sin música (aunque tampoco me gustaría) pero que jamás de los jamases podría vivir sin cine. No es que sea una adicta a la gran pantalla precisamente, pero disfruto como una enana cuando veo una buena película, me meto en la piel de los personajes como si de la mejor actriz se tratara y comparto sus emociones, no solo mientras veo la película, sino también mucho tiempo después. Puedo decir que me siento como Eduardo Saverin cuando descubre que Mark Zuckerberg le ha hecho la pua quitado la mayor parte de sus acciones de Facebook (La red social, 2010) aunque hace casi un año que la vi.

Por esta afición mia al cine y porque este blog necesita un empujoncillo y un poco de constancia, inaguro esta sección: Películas que ver antes de morir. A falta de un nombre mejor... ya se sabe.

¡Qué comience el espectáculo!
Películas que ver antes de morir:

1- Smoke (1995)
Dirigida por Wayne Wang y basada en El cuento de Augie Wren, de Paul Auster (puedes leer una traducción bastante regular aquí).
Brooklyn, verano de 1987. Un grupo de personas frecuenta el estanco de su barrio. Auggie Wren, el estanquero, es el gran confidente de todos ellos. La rocambolesca historia de cómo consiguió su cámara fotográfica y de por qué se decidió a elaborar su singular colección de fotografías -el mismo encuadre de la casa de enfrente a lo largo de 14 años- le dará por fin un argumento a Paul Benjamin, prestigioso novelista en crisis. Paul, a su vez, ayudará a Rashid, un adolescente negro algo desorientado, en la búsqueda de su padre, que resulta ser un modesto mecánico que intenta rehacer su vida. El círculo vital se cierra cuando estos contactos humanos implican de tal modo al propio Auggie que le obligan a asumir su olvidada responsabilidad respecto a Ruby, una antigua novia con la que tuvo una hija, que ahora, ya adolescente, pasa por un momento muy difícil
(Fuente: FilmAffinity)
 
"-¿Paul Benjamin? Es escritor.
-¿Si? ¿Y qué escribe, anuncios por palabras?"
"La mentira es un verdadero talento, 
Auggie. Para inventarse una buena 
historia, una persona tiene que saber 
apretar todos los botones adecuados... 
Yo diria que tú estás en lo más alto, 
entre los maestros." 
 
Es en definitiva una película preciosa, que recomiendo a cualquiera y llena de poesía en cada fotograma. Prohibido verla con sueño y preferiblemente, en un dia de invierno, bajo una manta y con un tazón de chocolate entre las manos.
 
2-Midnight in París  (2011)
Cartel de Midnight in Paris
Un escritor norteamericano algo bohemio (Owen Wilson) llega con su prometida Inez (Rachel McAdams) y los padres de ésta a París. Mientras vaga por las calles soñando con los felices años 20, cae bajo una especie de hechizo que hace que, a medianoche, en algún lugar del barrio Latino, se vea transportado a otro universo donde va a conocer a personajes que jamás imaginaría iba a conocer... 
(Fuente: FilmAffinity)





"Elevas a arte el concepto de "groupie" "

Midnight in Paris es también una película preciosa (claro, sino no la recomendaría), que puede caer en el chiste fácil en ocasiones. Se la recomiendo a todo aquel interesado en las comedias románticas, aunque no es una cualquiera: las pinceladas de arte, poesía, cine e historia que rodean a sus personajes y argumento, perfilándolo, hacer de ella una película especial, sobretodo para todo aquel que alguna vez haya soñado vivir otra época donde encontrar la horma de su zapato y conocer personalmente al autor o artífice de nuestro libro de cabecera.



Espero que os guste mi nueva sección, que veais mucho cine y que comentéis como jabatos :3
jul