martes, 5 de junio de 2012

Lo que hay que adivinar...

Resulta que, por lo visto, esperar por ciencia infusa que alguien adivine, entienda o sepa lo que quieres o piensas, es algo muy común. Ese extraño fenómeno de pensar que pueden leernos la mente debe venir dado por alguna neurona traidora o por un área cerebral muy inútil. Probablemente sea un área colindante con la que nos hace vestir de lentejuelas en nochevieja y ponernos pulseras para ir a la playa. 
Por lo visto, este mal de todos los males ya ha sido estudiado por científicos de todo el mundo que intentan paliar las desilusiones que han derivado en grandes depresiones a escala planetaria. Véase los casos de millones de novias que tras recibir algún horrible presente, se han percatado de la clase de individuo carente de gusto, conciencia y vergüenza estilo con el que estaban saliendo. Los estudios han dado lugar a diferentes herramientas que mejorarán sobremanera nuestra calidad de vida, como las tías enrolladas que acompañan a sus incapaces sobrinos a comprar los regalos (todo el mundo sabe que si "la tía Carmen" no ha desaparecido de la escala evolutiva de nuestra especie ha sido porque es un eslabón fundamental de la cadena de los regalos) o páginas como IDibbIt (aquí os explican muy bien de qué va). Pero el problema sigue ahí. Aunque a día de hoy haya herramientas para curar el resfriado de los pardos que salen todas las navidades en las noticias y que bañan en el mar por celebrar la llegada del nuevo año (a esa gente habría que quitarle la seguridad social, por pardos, o medicarla hasta que se les quiten esas tonterías de la cabeza, según se vea), la solución no es medicación, sopa caliente y reposo absoluto: la solución es que celebres el nuevo año delante de la chimenea y que te olvides de tu viejo sueño de liberar a Willy. 
La pulmonía que pilla el niño no te la cuentan en la peli
Es decir, aunque este tipo de cosas puede ayudar un poquito, no puedes esperar que por obra y gracia de un genio maligno otra persona sepa lo que piensas... si no se lo dices.
Científicos de todo el mundo que han estado investigando este fenómeno de la incapacidad comunicativa de ciertos especímenes humanos solo han llegado a la conclusión de que en Zaragoza las implicaturas y los actos ilocutivos tienen absolutamente el mismo alcance que en el resto del mundo. "No os flipéis, zaragozanos. La telepatía tampoco ha llegado a la tierra del Ebro" han declarado los científicos de renombre internacional.

4 comentarios:

Leara Martell dijo...

A veces intentas ser muy obvia... leo mucho, me gustan los cómics, el merchanding, las camisetas frikis, los detalles graciosos... y siempre aparecen amigas con bolsos que los miras y dices... NO ME LO PONDRÉ EN LA VIDA!

Srta. Pasión dijo...

Yo tengo un cajón lleno de esos regalos. De ex-novios, de padres, de amigos... ¿Y qué hago con ellos? Ahí están, en el cajón, cogiendo polvo.

...pero es que me da mucha pena tirarlos.

Devanon dijo...

Esas cosas se venden en €Bay o en un CashConvert€rs... Pensad que lo que os han dado es efectivo y haced algo de provecho con el xDD

julia dijo...

Creo que he dejado la entrada a medias, venía a decir que, como vemos que pasa con los regalos, si no decimos o pedimos algo, no podemos esperar a que los demás lo adivinen. Esa gente que dice "no sabe lo que me ha hecho", pero no lo dice. Y aun se desilusionarán. Si te regalan algo, pensando en ti, tienes que estar preparado para no decepcionarte. Nadie nos puede leer la mente. Con los regalos no es importante, pero las cosas hay que decirlas o asumir que si no lo decimos, no hay manera de que se sepa.