Día 34, lunes.
Tuve un amago de recaída. Apareciste. ¿Y cómo decirte que no? Volví a pensar en ese niño muy muy muy muy muy pequeñito, al que su padre llevaba en el bolsillo de la camisa, asomando solo los ojos y el pelo. Volví a pensar en noches y sábanas y cosas escritas en las manos y en primeras páginas y en ojos de gata y en inviernos y primeras veces y primeros abrazos, y primeros adioses también. Después de la primavera llegó el invierno y creo que en mi casa nunca se fue, ya volverá a ser de día, no sé.
Tuve un amago de recaída, sí. Quedó en el susto.
Día 35, martes.
No lo entendiste.
Creo que se va a hacer de día en mi cama.
Creo que esto a mí ya me ha pasado...
http://lamitaddeunsegundo.blogspot.com.es/2012/07/sentirlo-mucho-o-de-como-no-sentirlo.html
4 comentarios:
Es un niño. Como desprotegido. Metido en el bolsillo de su padre. Perdido. Sin saber a donde va. Y, co, tampoco sabe a donde quiere ir.
Gracias.
Gracias por qué?
Por ser.
Vuelve.
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